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17 nov 2016

Despertando la solidaridad.

Hola a todos, querida familia y amigos de Bodouakro y demás lectores.

Soy Juan José Puértolas, coordinador de fundraising de Global Humanitaria. Llevo más de un año trabajando en Global Humanitaria y no dejo de aprender y de sorprenderme cada día.

En primer lugar quería contaros mi historia como padrino. Hace unos días estaba colocando la ropa en el tendedor. Hacía mucho frío, estaba congelado y de repente se me acercó Victoria, mi pequeña traviesa de 2 años y con su carita más dulce de bebé me dijo: Papá, ¿te ayudo?
Se me caía la baba ante tanta ternura y enseguida me di cuenta de que teníamos que cultivar la solidaridad, esa cualidad que todos llevamos dentro y que necesitamos despertar.

Automáticamente hablé con mi esposa Renata y le propuse apadrinar un niño en Bodouakro. No tardó ni un segundo en responder con un escueto y rotundo SÍ.

Así Victoria se convertía en una de las madrinas más jóvenes de Bodouakro.

Para comenzar nuestra andadura nos encontramos con la 7ª comida solidaria de padrinos y amigos de Bodouakro. Menuda sorpresa tan insólita en este mundillo. La comida estuvo bien, pero solo era un pretexto para pasar un rato agradable entre amigos. Acudieron más de 40 personas llegadas desde todos los puntos de España para compartir una tarde lluviosa en Madrid. Que fantástico y admirable. Eso si fue una sorpresa de la que aprender.

Ya han pasado 15 días desde la comida y todavía dura la resaca. Y no me refiero a la alcohólica, sino al legado y al impacto que ha generado esta comida: Nuevos padrinos y simpatizantes. Sí amigos, la gran familia de Bodouakro crece y cada vez está más unida.

Quien conoce a esta irresistible gran familia queda atrapada por sus encantos. ¡Y no es para menos! Qué puede ser más bonito que ayudar a los más necesitados y además pasarlo bien junto a un grupo de personas con los que compartes un sueño común.

Mucha gente adoraría pertenecer a un grupo social tan simpático y humano como este. Y desde aquí les digo que se animen a conocernos. Estoy convencido de que también se les despertará la solidaridad y se unirán con pasión a esta gran familia.



Ha sido el primer evento al que asisto y lamentablemente sólo he podido conocer a unos poquitos padrinos, pero con seguridad os acabaré conociendo a todos. Compartir un sueño te acerca a las personas y crea fuertes lazos de amistad. Lleva años ocurriendo entre los amigos de Bodouakro y personalmente me gustaría contribuir a fortalecer y cuidar este grupo para que trascienda y perdure entre nuestros sucesores.

Considero que tenemos la obligación moral de involucrarnos en la sociedad y contribuir para asegurar una vida digna a todos los seres humanos. Con pasión y orgullo podemos seguir despertando la solidaridad de nuestro entorno y juntos podemos hacer que esta gran familia continúe creciendo.

Cuantos más seamos, menor será el esfuerzo para mover la rueda y antes conseguiremos generar la inercia suficiente para que gire sola. Este es el gran reto, apadrinar hasta que un día nuestro pequeño Bodouakro se haga mayor, sea autosuficiente y se independice. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero llegará este momento, es ley de la naturaleza.

Eso sí, después de conoceros, estoy seguro de que cuando llegue este emotivo momento y ya no seamos necesarios en Bodouakro, estaremos tan emocionados y unidos que nos embarcaremos en una nueva aventura. Y estoy convencido de que seguirá fluyendo la solidaridad por las venas de esta gran familia.

Muchas gracias a todos por vuestra calurosa acogida. Victoria, Renata y yo nos sentimos privilegiados y orgullosos de unirnos a este reto. Ánimo a todos, sigamos empujando y que la rueda no pare nunca.

Pasión y orgullo.

Juan José Puértolas
Coordinador fundraising de 

16 mar 2016

Juanra y Lidia "¿La mayor alegría? Ver que poco a poco la familia de padrinos se va incrementando"


Global Humanitaria recoge el testimonio de nuestro padrino Juanra como muestra de implicación, de cómo "todos sumamos más" y es posible. Estamos muy contentos por ello y aquí os lo traemos también, no podía ser de otra forma. 


"Juanra y Lidia
"¿La mayor alegría? Ver que poco a poco la familia de padrinos se va incrementando"

Juanra, madrileño y padre de tres hijas, es padrino junto con Lidia, su mujer, de Kouame, un niño de 10 años, y de Habi, una niña de 7 años, que viven en Bodouakro, en Costa de Marfil. Pero no solo eso. Junto con otros padrinos que colaboran con Global Humanitaria en Costa de Marfil, ha creado bodouakro.org, un blog en el que comparten sus vivencias. 
Lidia y Juanra

"Cuando me involucré con el proyecto de Bodouakro lo hice porque vi a dos personas absolutamente comprometidas con ello, Cris (Cristina Saavedra, responsable de proyectos en Costa de Marfil de Global Humanitaria) y Aidén (Aidén Calvo, responsable de apadrinamientos de Global Humanitaria en Costa de Marfil).

"Ellas dos hablaban de un pueblo, y sobre todo unos niños, con mucha necesidad pero que estaban fuera absolutamente de los focos "mediáticos", explica. "Sé que no son los únicos, pero también sé que ésa puede ser la excusa para no hacer nada."

Juanra es el director general de facilisimo.com, una plataforma para el intercambio de conocimientos, recuerdos, habilidades en el ámbito del bricolaje, el hogar y los estilos de vida, y esa experiencia le sirvió a Juanra para ayudar al proyecto de Global Humanitaria en Costa de Marfil. "Yo vivo de Internet y entiendo que es una buena forma de poder impulsar cualquier idea, pero para ello debe haber un lugar de referencia, una web a donde poder dirigir a las personas interesadas y en donde poder ir plasmando las ideas, vivencias y sentimientos alrededor del proyecto de ayuda." Juanra, junto a otros padrinos, presentó la propuesta a las responsables del proyecto y tuvo buena acogida, "pero era difícil materializarla por falta de tiempo de todos".

"Al final, decidí ponerlo en marcha, comprando los dominios y haciendo la versión básica, y ya había nacido bodouakro.org :0)"

Tal como señala Aidén Calvo: "Este proyecto de Bodouakro nació de los propios padrinos", y en ello reside su fuerza y su interés. Además del blog, los padrinos también han creado y administran cuentas sociales en Facebook y Twitter para el proyecto de Bodouakro en las que se comenta sobre apadrinamiento, sobre actualidad de Costa de Marfil y como plataforma de información y denuncia a favor de los derechos humanos. 

Juanra está muy satisfecho de la buena acogida de este proyecto: "Todo está en evolución constante", explica, "y está sirviendo de plataforma para expandir el proyecto de Bodouakro".

"La verdad es que es absolutamente pequeño el esfuerzo e inversión que ponemos comparándolo con el beneficio que causamos, así que la idea es que esto sea sólo el principio y pronto podamos incorporar otros proyectos, porque, desgraciadamente, lo que no falta es gente necesitada."

Este padrino no duda sobre la mayor recompensa que recibe de este esfuerzo: "¿La mayor alegría? Ver que poco a poco la familia de padrinos se va incrementando y que aquellos peques pueden tener un poco más de esperanza gracias a ello."


Juanra y Lidia son dos de los padrinos de Costa de Marfil que apoyan nuestra campaña a favor de la igualdad de género con el apadrinamiento de niñas. ¿Quieres sumarte?"

16 feb 2016

Hoy charlamos con... Aidén

¡Las seis! ¡No llego! Me va a matar, lo sé. Pero lo hará después de darme uno de esos abrazos que una vez que los pruebas ya no te olvidas de ellos. Y es que hay gente que sabe abrazar…

 Miro el móvil:
“- Guapa!! dd. estás??
-Llegando!! Lo prometo!!”

Seis y media, llego a la terraza donde hemos quedado… “Me cago en la leche! Me ha vacilao! Qué capulla!” Aparece subiendo la calle partiéndose de risa… Suena “SI” de Zaz “Ayyy me encanta esta canción!” Después de saludarnos pedimos dos Estrellas Galicia y me temo que van a ser varias. Creo que correrá como la sangre en ese pasaje de “Cien años de soledad” (uno de sus libros preferidos).

Empezamos a hablar de África y de cómo Cristina le contagió su amor por Costa de Marfil. Sus funciones en Global Humanitaria eran diferentes hasta que Cristina le empezó a hacer pequeños encargos siempre y cuando ella quisiera y acabó metiéndose de lleno en los proyectos dispuesta a darlo todo por ellos. Me cuenta que cuando iniciaron el apadrinamiento fueron a Bodouakro a trabajar sobre el terreno y allí comprobó que las necesidades de aquella gente no tienen nada que ver con las de los más pobres de aquí. Pero a pesar de éstas, aquella gente lo da todo: hospitalidad, amabilidad, respeto… destaca su calidad humana, sus sonrisas perennes, su humildad y el orgullo de raza. De allí volvió, después de nueve horas, del revés con “el mal de África” y aún, hoy, siente nostalgia por volver. Ahora, sabe que necesita menos abrigos y más amigos me dice rotunda.

Amigos como Cristina a la que considera una “maestra” que le ha enseñado a tener paciencia, a luchar, a no darse por vencida, a saber que se puede llorar y a los cinco minutos reír a carcajadas, a ESTAR y no sólo de palabra. Y es que la fuerza, la energía, calidad humana que tiene están por encima de su imagen pública que puede hacer que tengamos una idea errónea de ella y lo demuestra luchando por los proyectos que se propone.

Aidén
Pasa por las redes sociales de puntillas. Prefiere el cara a cara y un café por delante aunque reconoce que son una herramienta útil para estar en contacto con los padrinos que están desperdigados por España. A estos agradece su implicación en los proyectos. Ella tenía claro desde el principio la relación que quería tener con ellos, idea que apoyó Cristina. No quería para Costa de Marfil padrinos que se limitaran a recibir por Navidad un dibujo de su ahijado y que se sintieran cómodos por ayudar a “un negrito” y aunque no con todos, consiguió su preocupación por los proyectos, los niños, la comunidad… para ello se encarga de mantenerlos informados sobre todo lo que se hace en Bodouakro y en los proyectos que dirige Cristina.


Así lucha por uno de sus sueños: que haya alfabetización y sanidad en cualquier rincón, que no existan fronteras, que las guerras sean estudiadas como ejemplos de la maldad humana… “Sueño con oportunidades porque soñar es uno de los lujos que todos nos podemos permitir.”

17 dic 2015

Cómo un vestido de neopreno y “una noche en El Prado” me llevaron a Bodouakro

Mi experiencia con Bodouakro es muy reciente. Los Derechos Humanos siempre me han llamado la atención. Con diecinueve era voluntaria y trabajaba con niños. África, la descubrí cuando vi por primera vez “Memorias de África”, con siete. Esto puede resultar muy romántico y no lo es para nada porque ese descubrimiento me provocó un respeto enorme por el continente. África siempre estuvo ahí pero la miraba con impotencia: “¡Mamá! ¿Nadie hace nada allí? ¡Mamá! ¿Nadie ayuda allí?” con diez eran mis preguntas y claro a los que me rodeaban no les parecía muy normal…

Foto vía Estefi
Entro en Twitter en el 2011 y como en toda primera experiencia en la que no tienes ni (puta) idea, te dejas llevar por lo que hacen los demás. Hasta que empiezas a seleccionar por intereses: arte, periodismo (una de mis espinitas)… y aparecen tres personas en mi “vida tuitera” primero y en la 1.0 después que me redescubren África y los Derechos Humanos. Se enciende “la luz” y me doy cuenta de que en Twitter, África existe y existe mucho.

La crisis que todos hemos sufrido de una manera u otra me llevó a “chupar sofá”, a no salir mucho los fines de semana, a ver mucha tele y a comentarla vía Twitter. Esto es un ejemplo de cómo empecé a forjar mi fama de borde en la red social.

Foto vía Estefi.
Un día de junio Cristina Saavedra pone esto: una visita nocturna al Museo del Prado, moría de envidia… pensé que lo del vestido debía ser un error, que alguien que tuitea sobre arte no puede tener tan mal gusto. ¡y no me equivoqué! ¡Uffff qué alivio! de verdad. Comencé a seguir a Cristina y mi “TL” tomó otro color; retuits y tuits sobre África, Derechos Humanos, fotografía (suyas y de otros)… todo empezó a transformarse y esa impotencia con la que miraba a África, con diez, se convirtió en ganas de ayudar aunque fuera desde aquí, pero ayudar. La jodía crisis no te deja ir a más hasta que en noviembre de 2014 fruto de una desgracia familiar, paradojas, mi crisis particular mejoró y lo primero que hago es querer colaborar con Cristina y su proyecto en Bodouakro, en Costa de Marfil. Lo poco que sabía era lo que había leído pero Cris me ganó. ¿Conocéis esa sensación que aunque compartas poco con alguien parece que la conoces de toda la vida?


Y en diciembre amadriné a Khoissan, una enana de diez, preciosa, con una de las miradas más tristes que he visto jamás, que cuenta poco pero lo agradece todo y eso llena, quieres más. Al menos que sus necesidades estén “casi” cubiertas. Descubres que detrás de Cristina hay una gran familia encabezada por Aidén que nos cuenta cómo van nuestros enanos en Bodouakro, nos implica, no nos deja en el olvido, no nos envía la foto y ya. Nos reúne y parte de la familia de Bodouakro (la otra parte está en Costa de Marfil) se conoce, comparte y toma la iniciativa siempre mirando a nuestro “NORTE” que está en el Sur. 

No me enrollo más porque aburro pero esta familia marfileña es otro de los motivos por los que levantarse cada mañana tiene sentido. Ahora tengo a Bodouakro muy presente y no paras de dar vueltas en la cabeza para que surja una idea, que los otros cien niños que esperan padrino, lo tengan pronto y que los proyectos se mantengan por sí solos. Pero siempre estaremos ahí y no los dejaremos caer, seremos la cama elástica donde reboten.

Y así fue cómo un vestido horroroso que parecía de neopreno y una visita nocturna al Museo del Prado me llevaron a Bodouakro.

Gracias Aidén y Cris por abrirme la puerta e invitarme a entrar.