25 jul 2016

Hoy charlamos con… María (dos)

Hoy he quedado con otra de nuestras “Marías” es una tarde plomiza de estas que hemos tenido estos días en Madrid en las que te pesa todo. El bochorno es tal que hemos quedado en una terraza cerca del Retiro de esas que tienen “fu, fus” que echan agua. Llega sonriendo y corriendo, me he dado cuenta de que la mayoría de los padrinos con los que me he tomado algo este año sonríen, y enseguida me planta dos besos de esos que dejan huella.

Empezamos por un café con hielo y nos ponemos a hablar sobre el blog, de ideas nuevas para la próxima temporada. María es periodista pero se dedica a la comunicación y pronto se nos abre un abanico de posibilidades que nos hace tanta ilusión como el estreno de la última de la saga de Star Wars, de la cual somos fans, o ver en la Scala una de Verdi.

Siempre fue una niña muy independiente y, por lo que me cuenta, puedo adivinar que heredó la sociabilidad de su padre y el amor por la lectura de su madre. Hablamos de cine, música, libros y sus gustos son tan eclécticos como sus sueños que van desde viajar a Nueva York como ir a Bodouakro a ver a su ahijada (sé que este es su deseo más preciado). Y cuando me habla de África, sonrío porque su reflexión abarca todo. Es un continente superrico, con unos recursos increíbles pero que nos hemos cargado por nuestra codicia. Es el pasado, porque ahí nació la humanidad y grandes imperios como el egipcio; y es el futuro, por el enorme potencial y la riqueza que tiene. Es la aventura, la belleza y el contraste en todos los sentidos; por eso, también es la pobreza, las radicales diferencias sociales, las guerras, las enfermedades y el hambre, la explotación y las dictaduras. Y tiene tanto potencial humano, social y de todo tipo...

Necesitamos una cerveza y a por ella vamos. Seguimos hablando de los proyectos y de sus almas que, como todos ya sabéis, son nuestras Aidén y Cristina. A la primera la considera una Amiga con mayúsculas. Discreta, inteligente, lista como ella sola, solidaria, muy buena gente, con un corazón que le rebasa el cuerpo, divertida, sabe escuchar, negociadora nata,... es alguien muy especial. Y la segunda representa el tipo de profesional que le hubiera gustado ser, aunque a María la tele no le va mucho. Como persona destaca su solidaridad, inteligencia, con un corazón enorme, impaciente y con las ideas muy claras. Junto con Aidén cree que hacen el tándem perfecto. Tándem que al final convierte en un microbús con el que queremos viajar a Bodouakro donde incluye a los padrinos y madrinas a los que admira y respeta.


Acabamos con una copa. Se nos ha hecho de noche y ha caído un tormentón que la ha dejado no muy fresquita pero agradable para seguir charlando y riendo. Porque otra cosa no, pero con María puedes hablar cualquier tema y siempre acabas con la sensación de que eres un poquito más rico en todos los sentidos, menos en el físico.

18 jul 2016

Allí igual que aquí.

NO PODEMOS CAMBIAR EL PRINCIPIO, PERO PODEMOS AYUDAR A ESCRIBIR  EL FINAL.

Allí igual que aquí.

El curso termina, un año escolar que igual que aquí acaba con exámenes finales y notas esperadas por algunos y  no tanto por otros.


Un año más estamos ahí, casi casi con los mismos nervios que ellos. ¿Habrán aprobado? ¿Repetirán?¿Estarán el año que viene o se desplazarán con la familia a otro lugar con más oportunidades laborales para el padre?

Pendientes de todos, de aquellos que de pequeñitos empezaron con nosotros en la aventura del apadrinamiento y ahora están en los últimos cursos y pendientes de los pequeñajos del CP1 que comenzaron este año su andadura escolar llenos de sonrisas y esperanzas en ese mundo nuevo que les acercaba a sus hermanos mayores.


Allí igual que aquí.

A la escuela todos los días, y los avisos de las madres: “ten cuidado” “mira a ver por dónde vas” “No corráis”. Calles, semáforos, coches, multitud de gente transitando por las vías. Menos mal que existen las benditas rutas que llevan a nuestros niños y sus  mochilas cargadas con 10 libros, 10 cuadernos, el estuche, el bollycao para el recreo, el zumo... 

Claro que en Bodouakro y alrededores simplemente NO HAY. No hay calles, no hay asfalto, no hay ruta que lleve al cole a los niños… Así que los avisos maternales son iguales pero ampliados: “Cuidado en el camino, que estamos en época de lluvias” “No corráis que alguno de vosotros va descalzo y os podéis lastimar con las ramas caídas” “No se os olvide la pizarra y la tiza o no podréis escribir” Y saliendo de casa prontito, porque la escuela en algunos casos se encuentra a 10 km (si, 10 km ida, 10km vuelta) cuando no son más. Andando.


Allí igual que aquí.

Llegan las notas. Se ha notado una mejoría en el nivel escolar, aunque sigan escribiendo todas las palabras juntas, aunque su letra no sea bonita. La creación de la escuela, el comedor,  y las donaciones de material escolar se han convertido en educación y alimentación.

Para aquellos que no lo han conseguido no hay castigos por no haber aprobado, el año que viene será diferente y lo conseguirán.
Los niños son niños en todas partes, tienen las mismas ganas de aprender, de jugar y experimentar. Solo que algunos tienen mucho y a pesar de ello se aburren y otros carecen de todo y disfrutan de juegos inventados con sus amigos.

La labor de sus mayores, el protegerlos. Y  nosotros, el equipo de Global Humanitaria que trabaja en Costa de Marfil, así como las madrinas y padrinos de Bodouakro  formamos parte en la medida de lo posible de esa protección.


Porque también somos sus mayores. Porque también pasamos  nervios  por sus notas. Por ellos.

11 jul 2016

Hoy charlamos con... Pablo

Hoy he quedado con Pablo. Es sábado por la mañana y me he propuesto sacarlo del bucle en el que anda metido, de la tele a casa y de casa a la tele. Trabaja en la segunda edición de la Sexta noticias y con la actualidad que tenemos últimamente, no tiene mucho tiempo para desconectar, vivimos tiempos inciertos, no, no estamos a punto de entrar en una batalla entre los defensores de Dumbledore y Voldemort pero vuelve a haber elecciones y en el informativo de las 20 H. se dan al 100 por 100 para que todo salga “al pelo”.

Me he enterado de que le encanta el café así que le llevo un buen termo y he comprado un recopilatorio de AC/DC, que sé que le gusta. Le he dicho que coja un bañador y una toalla y que se deje llevar. Es temprano, paso por su casa a recogerlo y nos vamos hacia el valle del Jerte en Cáceres. Por el camino, al mirar el paisaje, me cuenta que le recuerda a su niñez, a la libertad que tenía en su pueblo cuando era pequeño, esos juegos con los amigos en los que la imaginación se adueña de ti y construyes lugares secretos donde te crees que nadie te ve pero que todos saben que estás ahí… “cosas de niños”.

Paramos a desayunar y, cómo no, nuestra charla aterriza en África, el continente olvidado, la gran mancha en la conciencia de occidente, aunque aquí prefiramos ignorarlo.  En el pasado ha sido casi siempre una víctima, en el presente sigue sufriendo las consecuencias de los abusos que ha sufrido y del poco interés que se pone en ayudarles a progresar, pero el futuro está por escribir. Tiene un margen de mejora enorme y necesita mucho trabajo y mucha colaboración para que pueda salir adelante y se dejen de producir situaciones intolerables que ahora mismo se están dando allí.

Supongo que por esto último que me cuenta decidió entrar en el proyecto y echar una mano a La Khaleesi de Bodouakro, de ella sólo puede contar cosas buenas porque si ya se lo curra en el informativo, su trabajo fuera de la tele no deja de ser impecable. Y si encima entre los proyectos pulula Aidén, según él, nada puede salir mal puesto que se puede confiar en ella plenamente.


Seguimos nuestra ruta y llegamos a la Garganta de los infiernos, un lugar espectacular donde es imposible no querer darse un baño. Y aquí en una roca tomando el sol y charlando con Pablo me quedo pensando en que: aunque los padrinos hemos aparecido por casualidad, por diversos motivos, con maneras de ser y pensar muy diferentes no dejamos de ser ‘buena gente’.

3 jul 2016

Hoy charlamos con... Paloma

He aprovechado una breve escapada de fin de semana a la playa para visitar el famoso “Poblado” y tomarme unos vinos con Paloma. Se acerca el mediodía y nos vamos a comer a un sitio muy acogedor donde he probado unas berenjenas con salmorejo que voy a añadir a mi lista de platos preferidos, ¡qué maravilla!

Paloma se unió a nuestra familia gracias a una entrada que escribió Estefi. Se enamoró del proyecto y decidió implicar a Álvaro y Noelia, sus hijos, él hace dibujos para su ahijada y ella le traduce las cartas, “así practica su francés que lo tiene abandonado”.

Ese “enamoramiento” aumentó cuando conoció a Aidén, no me puede hablar de Cristina porque aunque sabe quién es, esta madrina tiene las cosas muy claras, vive con los pies en el suelo y le da igual quién sea el responsable de los proyectos. Defiende cualquier motivo para ser de este clan “mira, incluso entendería que alguien lo hiciera por caridad, algo que no está dentro de mis esquemas, pero mientras esto fluya y lleguemos al pleno apadrinamiento cualquier motivo es bueno”.

Va contándome cosas de su vida y de su familia y me doy cuenta de que es una luchadora que ha tenido que derribar varios muros. Pero es muy fuerte y decidida, da la sensación de que no le da miedo nada, me recuerda a las madres de nuestros niños en Bodouakro. Creo que podría definirla como una persona con mucha iniciativa y que tenemos mucha suerte por tenerla entre nosotros porque sé que va a estar ahí cuando la necesitemos. Es un lujo contar con gente como ella porque además tiene un humor original, no es chistosa pero te suelta unos comentarios que consiguen que primero te pares a pensar y después te rías.

Es muy sincera “no me preguntes por nadie porque no puedo hablarte de ellos, no los conozco pero si están ahí es porque merecen la pena” ¡Aplauso!


Se me hace tarde y me despido de Paloma. Camino de la playa voy pensando en todo lo que hemos hablado. Llegó hasta nosotros a través de otra madrina, esta tela de araña se va tejiendo de diferentes historias y motivos que están consiguiendo que este clan sea cada día más grande en todos los sentidos.